Ese mundo que un día levantó, su mundo, ahora es una mujer.
Esa mujer que vuelve a sentirse una niña al colocar su mano sobre la de él.
Yo no puedo sostenerle con mis manos, apenas puedo abrazar, con ellas, una de las suyas.
Pero si puedo decirle que saldremos de ésta.
Y saldremos.
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