Por dios, vuelvo a escribir cosas que me gustan. Muero de la emoción.

Soy una mujer un tanto extraña.
Me gusta el chocolate amargo, el regaliz negro,
el café caliente con poco azúcar.
El 43 con lima.
Tengo varios libros de poesía
y todos tienen alguna frase subrayada.
Colecciono monedas, piedras, velas
y algunas sonrisas.
Soy un poco cicatriz, mala actriz,
soy poeta a ratos, sobre todo en los rotos.
Pirómana, y revoltosa en la cama,
hasta que me duermo y desde que despierto.
A veces canto y se hace invierno,
y, aunque no lo creas,
también bailo con mis dos pies izquierdos
                                    (cuando nadie mira).
Me ilusiono casi sin darme cuenta,
y me caigo con la misma facilidad.
Me pueden los retos, me pierde apostar.
Puedo pasar horas sin hablar,
puedo no callarme ni debajo del agua
e, incluso,
puedo dejarte sin palabras.

Se decir no, se pedir lo que quiero,
y a veces soy un poco bocachancla.
Siempre tengo las rodillas magulladas,
soy torpe y desgarbada.
No se maquillarme,
y es que tengo mejores cosas que aprender.
Soy una mujer de sol y playa,
o de chimenea y lluvia contra la ventana.
Soy de aire libre, un poco salvaje,
nunca me ha importado mancharme la ropa,
romperme los pantalones,
correrme...
el rimel.

En resumen, me presento como una loca
con episodios de cordura.
Incoherente, antojadiza, a veces pesimista,
un poco infantil, rebelde a mi manera,
un tanto exagerada.
Transparente, leal,
real,
yo
lo que viene siendo una edición limitada.